miércoles, 27 de abril de 2011

El otro yo

Caminaba por tu mundo de puntillas, sigilosa, temía que algún día hiciese el menor ruido y te fueses.

Hablabas y me parecía tan absurdo todo cuanto decias, que no entendía que hacia escuchandote en silencio.

Te hablaba y ni siquiera eras capaz de escuchar una palabra.

Me mirabas y no me veias; yo lo sabía y me resignaba.

Miraba a mi alrededor y lo único que veia era a ti; te veia a ti en cada rincón de mi.

Creias que lo sabias todo de mí, pero te equivocabas. Yo conocía tan bien tus dudas ,temores, angustias y deseos que la mayor parte del tiempo sentía lo mismo que tu sentias.

"No eres tú, soy yo", me decias sin palabras.

Pero yo no te entendia. No queria entenderte.

No me veias porqué no querias reconocerme; no me escuchabas porqué mis palabras te aturdían; no me conocias porqué te aterrorizaba la idea de saberlo todo.

Estuve ciega y ahora lo entiendo.

Que si yo fallaba, tu mundo y el mio se derrumbaban; que si tú pensabas yo moría; que cada instante te obligaba a que me oyeras, aunque no pudieras entenderme; que mi reflejo era el tuyo.

Y es que tú eras para mi lo mismo que yo era para ti; la otra cara de misma moneda, tu otro yo.

Y ahora, que siento que te vas, lo sé.

No hay comentarios:

Publicar un comentario